AUTORÍA
Antonio Manuel Barbero Radío
Ayuntamiento de Sevilla y Universidad de Sevilla
España
INTRODUCCIÓN
Frente a la figura emergente del agente mediador en salud, conviene conceptualizar su función y perfil idóneo de cara al impacto positivo de los mediadores y mediadoras en la población.
OBJETIVOS
Conocer la función del agente mediador en salud e identificar el perfil ideal del mismo en la comunidad.
METODOLOGÍA
Entrevistas semiestructuradas mediante grupo focal en su mayoría a 476 personas de Sevilla hasta la saturación del discurso y la representatividad de diferentes grupos de edad y objetos sociales de sus entidades vinculantes.
RESULTADOS
Refieren la necesidad de liderazgo por su capacidad de reclamo, pero lo más valorado por la población es la igualdad del agente emisor y receptor en este orden: edad y/o entorno. Esta exigencia retroalimenta otras cualidades que por si sola ya fortalecen la mediación (empatía, validez, aceptación, confianza, lenguaje, participación, modelo, visión); a la vez que disminuye con la edad en favor de la experiencia y/o vivencia como lo más valorado del emisor, sea igual o no a la del receptor. Por lo demás siempre es importante la formación no específica en comunicación y habilidad social al efecto, así como aconsejable la formación específica en la materia de salud que se vaya a tratar; algo que valoran no necesariamente en la mediación informal basada en la experiencia, pero sí en la formal; incluso con una minoría de partidarios del mediador o mediadora profesional. Por último hay hasta más de cincuenta cualidades en total que citan como atribuibles al agente ideal de la mediación.
CONCLUSIONES
Liderazgo didáctico. Por lo demás en jóvenes lo más importante es el factor igual edad y/o entorno, seguido en cualquier caso de la formación inespecífica (habilidad comunicativa y sociabilidad) y específica. Esta última es opcional en casos de experiencia y/o vivencia; circunstancia preferible a mayor edad.