Mapeando. Experiencias y métodos

Francisco José Díaz Expósito. Área de Gestión Sanitaria Sur de Córdoba, Andalucía

Acceso al resumen de la presentación de Francisco José Díaz

Preguntas a modo de reflexión

  • ¿Puede existir el riesgo de frustración de la ciudadanía con la participación si no se formalizan las herramientas participativas y no se observan resultados en los procesos? ¿Es necesario feedback en el proceso? ¿Hasta qué punto?
  • Se habla de sinergia entre sectores (salud, educación, políticas sociales, ayuntamientos, tejido empresarial, tejido social, etc) ¿Qué dificultades en este sentido se encuentran en el camino? ¿De qué sector podríamos prescindir?
  • ¿Cómo viven los profesionales esta forma de trabajar con la comunidad y la salud? ¿Ven como una amenaza la idea de que cada colectivo se auto-gestione en el campo de la salud?

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12 comments

  1. La ciudadanía puede frustrarse si las herramientas se utilizan vacías de acción, y carente del para qué. Entiendo que podemos realizar una labor de acompañamiento para utilizarlas y que se hagan con rigor, esto es muy clave. Esto me recuerda a un artículo de hace algunos años de Beas de Granada que relataba el proceso de diagnóstico y de acciones compartidas donde inicialmente el equipo motor fue muy rígido con la metodología para después conseguir ser muy flexibles.
    Los resultados de los procesos deben observarse.
    Recuerdo también, ejemplos de asociaciones que realizaron mapeos sobre qué activos podrían encontrar en su territorio y … estos activos nunca se incorporaron a las líneas de trabajo de los problemas priorizados de su plan de salud aunque estaban allí sobre el papel y con la experiencia de las personas que lo realizaron. Eso causa frustración.
    Sinergias… en el caso de Beas de Granada (no se habla de activos pero está lleno de activos! Y es de 2003) hay que buscar que los ayuntamientos u organizaciones incorporen principios de participación comunitaria. Fijaros en el artículo de Beas incorporaron a representantes del ayuntamiento para que aprendieran los principios aunque en el momento de ponerlos en la práctica (momento de incorporar las necesidades de la ciudadanía en el diseño de un nuevo hogar del pensionista y consultorio) no lo realizaron. Pues no sé si esto quiere decir que prescindamos de ellos, lo que sí sé, es que el proyecto intentó dar esa ayuda al ayuntamiento y eso es un criterio de calidad en participación según la guía NICE.
    Los profesionales sobrevivimos y necesitamos foros y formación para aprender a mirar desde la consulta mirando a la calle y desde la calle mirando a la consulta… con enfoque de activos para la salud
    (http://www.pacap.net/es/publicaciones/pdf/comunidad/6/experiencia.pdf) artículo de Beas en Comunidad

    1. No puedo estar mas de acuerdo contigo, amiga Blanca. Necesitamos aprender a «mirar» la salud y la enfermedad desde otra perspectiva… y convertirnos en agentes «evangelizadores» de esta forma de ver la salud. En el caso de Andalucía, las experiencias que hemos tenido la oportunidad de conocer, nos enseñan que son tantas realidades como experiencias distintas. En donde los agentes participantes han tenido una gran variabilidad sobre la oportunidad que representa para la comunidad en su conjunto, el trabajar bajo la metodología de los activos de salud. Existe un hecho patente y es que aún queda mucho camino por recorrer en cuanto al trabajo sobre salud en el territorio, donde no sólo la ciudadanía camine conjuntamente con otros sectores, si no que estos lo hagan entre si.

    2. ¡Qué maravilla de texto!
      Gracias, Blanca, por remitirnos a este testimonio con un inspirador contexto teórico y, sobre todo, una motivadora (y realista) narrativa del proceso.
      ¡Sería estupendo que todxs pudieramos encontrar el modo de compartir de esta forma las experiencias de participación comunitaria (con sus luces y sombras)!
      El documento es, además, una muestra más de que HAY MUCHOS MÁS TEXTOS QUE HABLAN SOBRE ACTIVOS, AUNQUE NO SE REFIERAN EXPRESAMENTE A ELLOS con ese término!!
      Paco, supongo que cuando haces la pregunta «¿De qué sector podríamos prescindir?» lo que quieres es que nos demos cuenta de que «de ningún sector se puede prescindir!», no?
      ¡Énhorabuena por el Congreso y por este foro! Ánimo!!

      1. Como me conoces… no podemos prescindir de nadie… así es. La transversalidad de la salud es un hecho palpable y constatable. No entiendo otra forma de entender la salud, tal y como lo estamos viendo aquí, como no sea desde el trabajo intersectorial e interdisciplinar, donde todos y todas somos partes de un todo… la comunidad.

  2. preguntas con mucha enjundia:
    Voy a hablar desde mi experiencia en un municipio de Jaén de la sierra de Segura.

    En mi tiempo allí plantearon desde la dirección de la Zona Básica una reunión de participación. Los temas venían cerrados desde arriba y eran meramente informativos. Hay un tejido asociativo muy débil, así que como las convocatorias se hacen a través de las asociaciones, no acudió nada más que una persona, de un total de 3000 habitantes. Igualmente, esto se registra como participación según los objetivos. Por nuestra parte dos de los profesionales del centro de salud, quisimos poner en marcha unas Mesas de Salud, que incorporara a personas señaladas como significativas para la población y convocando a las peñas (que son organizaciones sociales lúdicas pero con gran continuidad y pertenencia). Preguntamos si las decisiones que se tomaran podrían ser en algún momento vinculantes. Es decir, si se podrían elevar por la vía sanitaria, si se alcanzaran conclusiones a ese nivel y la respuesta fue negativa. Personalmente, ya no es una cuestión de si la gente se desanima, me parece poco ético actuar como profesional sanitaria fomentando la participación sin un respaldo institucional. Falta fluidez de abajo arriba. Claro, que siempre se puede crear desde el compromiso con la población, pero dejando claro que no hay ninguna institución, más allá de los límites de tus capacidades personales detrás.

    Otro tema que me parece importante, es el de la participación del tejido empresarial, no puedo evitar que me escamen los intereses ocultos de determinadas fundaciones, aunque sea blanquear su cara. No sé si es para retirarlos directamente de la ecuación. En acciones comunitarias nos hemos apoyado en negocios locales para la difusión. La población usa el micro-mecenazgo para sacar proyectos como revistas culturales, pero me plantearía los límites éticos de la cuestión.
    En mi experiencia, no existió por parte del ayuntamiento una conciencia de su papel y responsabilidad en cuestiones de salud. Celebramos durante dos años un concurso de micro-cortos para identificar activos de salud y el segundo año facilitaron la mitad de la cantidad para premios, porque iban a destinar este dinero a un concurso de cortos con intención de proyección turística.

    Lo que a mí como profesional me parece más ¿frustrante? ¿duro? es tratar de practicar la prescripción social cuando hay escasez de recursos por la individualización, desmovilización social, incredubilidad en las instituciones y dejación de las mismas. Sin asociaciones, espacios creados para la actividad física, plataformas ciudadanas, grupos de ayuda mutua …. En estos casos, entiendo que además de dar valor y protagonismo a los activos ya existentes hay que fomentar el tejido social, en sus dimensiones de autonomía colectiva e incidencia política. ¿Cómo facilitar esto desde nuestra posición sin ser dirigentes?

    Ya sé que es una experiencia particular pero creo que habrá quien se sienta identificada/-o

    Sobre el concurso de cortos, compartiré esta experiencia en Granada, no tenemos nada publicado, pero sí se puede rastrear en https://es-la.facebook.com/cineforumsantiagodelaespada/

  3. Estimada Elena, la participación ciudadana es un proceso no exento de dificultad, más si lo trasladamos a un ambito donde es relativamente reciente su puesta en marcha, como es el de la salud. El potencial de beneficio que supone el que los ciudadanos y ciudadanas colaboren, aporten y debatan sobre cuestiones que les atañen, es visto aún como una amenaza. El «contar con ellos pero sin ellos» es algo contradictorio por naturaleza. Es cierto que hemos dado pasos en el ámbito de la salud en este sentido… no exentos de errores… pero precisamente de los errores aprendemos y nos permiten evolucionar. El proceso continúa y supone un cambio, una transformación, por la que hemos de empezar los y las que nos dedicamos de una forma u otra a trabajar en salud.

  4. Soy auxiliar administrativa formada con metodología de Educación y Promoción para la Salud, desde mi experiencia, y sólo sé que no sé nada!!!…Sí creo, percibo y me comentan desde las AAVV, que existe esa pequeña frustración, muchas veces las AAVV, los ciudadanos van un poco por delante de la Administración, y aunque es cierto, que llevamos no demasiado tiempo en este tren comunitario, creo que deberíamos poner un poco de comunicación en las diferentes Administraciones y no repetir programas que puedan ya estar realizados, se pueden compartir, pongo un ejemplo, en mi centro contamos con un mapeo muy minucioso de nuestra zona básica, pues desde la UIB están empezando a mapear, esos recursos podrían estar destinados a otros proyectos, pienso…
    Debemos acostumbrarnos a contar con la comunidad con la que trabajamos y escucharles, conocer bien el barrio donde trabajamos, quizá lo que nos parece prioritario a ellos no, pero también pienso que cada vez, se trabaja en esta línea y lo que más necesitamos es tiempo…y dejar de hacer lo innecesario, un saludo cordial.

  5. Hola Elena, las necesidades de una comunidad son patentes en la gran mayoría de los casos, pero sus virtudes, lo bueno que existe en ella, los activos en nuestro caso de salud, es más complicado, por lo que ya teneis mucho camino recorrido. Contar con ese minucioso mapeo que narras es un avance muy significativo para empezar a ahorrar tiempo y recursos… mi enhorabuena a todo el equipo por el trabajo realizado. Entiendo perfectamente la inquietud que representa tener toda esta información y no saber que hacer con ella… nos pasa a todos y todas. Es aquí donde la sinergia entre actores participantes debe fluir, y no sólo a nivel de cooperación o corresponsabilidad, sino también en la cogeneración de ideas. Un mapeo de activos nos ayuda a saber el quien, donde, con qué y cuando, entre otras cuestiones, para poder implementar acciones de forma más eficiente y eficaz, y optimizar recursos propios y ajenos, entre ellos ese implacable e insensible demonio llamado tiempo. Un saludo y ánimo con el trabajo iniciado.

  6. Reflexiones sobre mi experiencia en un pueblo de 2500 hab. en la periferia de Granada.
    1.- La motivación para hacer algo con la comunidad es algo personal , voluntarista , que me exige tiempo fuera de consulta y con muy escaso reconocimiento laboral e institucional. Eso me molesta de mi empresa. Mi empresa hace sus balances solo con su hemisferio cerebral analítico/cuantitativo. El hemisferio artístico/cualitativo lo pongo yo, ayuda enormemente a conseguir los objetivos del hemisferio analitico empresarial, pero no se le reconoce el mérito. Estoy resentido por ello y me acuerdo mucho de mi madre cuando decía : ¿es que mi trabajo no vale nada?. Pues eso.
    2.- Aunque los éxitos han sido parciales, ha merecido la pena. Los fracasos también dan información, a veces mas interesante.
    3.- La participación de la comunidad es mínima, los participativos son los valiosos. La masa está dormida y existe, sólo. Consume y arrastra las consecuencias: a nivel individual, familiar y social.
    4.- La historia antropológica de la comunidad (intuyo) está condicionando su forma de «participar». Predomina la inmiscibilidad de redes. El «otro» no se percibe como aliado o como alguien capaz de colaborar. Ignoro si toda Andalucía es así. Deseo que no.
    5.- La participación institucional (con representantes surgidos de las redes locales que alcanzaron moqueta) está condicionada por esta percepción mutua de las redes locales y del «otro». El cambio da miedo.
    6.- Quiero focalizarme en trabajar con los niños: los jóvenes y adultos ya están esclerosados en sus ideas.
    7.- Trabajo sin método estructurado ni rígido, floto en la incertidumbre cotidiana, y no mido nada de forma cuantitativa. Mido a ojo de buen cubero. Uso los mismos métodos que he elegido para vivir toda mi vida (y creo que todos usamos métodos similares), para tomar decisiones , como por ejemplo: seleccionar mis objetivos vitales, mis amigos, mis proyectos, mi pareja, o el lugar a donde ir de vacaciones. Intuyo, valoramos opciones, trazamos un plan, y actuamos en la esperanza de que merezca la pena (balance +). Y si no tenemos éxito (comunitario), nos tenemos a nosotros (compañeros de grupo, amigos). Solo he hecho cuentas para pedir un crédito: algo he aprendido de los bancos.
    8. La participación comunitaria tiene 2 caras: la del que la promueve y la de su destinatario. No se trata ni de seducir el uno, ni de desconfiar de la manipulación/ofrecimiento del otro , pero a veces es lo que se interpreta. Entenderse, verse en el otro, mutuamente, y poner en común la visión es lo complicado, pero es imprescindible.
    9. No soy misionero evangelizador , pero a veces me veo como ellos: intuyo unas soluciones que creo podrían ser útiles al otro, pero el otro puede no verlo así. Y si me pongo pesado, puedo acabar en la marmita de la tribu.
    10. El éxito creo está en hacer que la participación se ponga de MODA: o sea , que se asuma como algo deseable por muchos y a la vez. Y para eso quizá usar formas de participar que estén de moda pueda facilitar el camino (TiCs , deporte, comida, espiritualidad, etc…). Cuantos más hablemos de ello, más posibilidades de ponerla de moda. El riesgo es que la moda sea sólo una forma más de consumo (consumo de participación/manipulación) sin nada más, situación deseable , por ejemplo, por estamentos políticos en busca de legitimación popular.
    11. La participación, crítica y autónoma, hoy es muy minoritaria, pues el grupo no está educado para aceptarla y valorarla. Ni a nivel de pequeño grupo local, ni a nivel de gran grupo (Política, Universidad, Estados, etc). No sabemos integrar las discrepancias. Quizá los Big Data aporten alguna solución. (¿O un post-Trump?
    12.- La pregunta clave para mi es, ¿PARA QUÉ queremos que sirva la participación comunitaria?: ¿Para disminuir el índice de obesos con un taller de nutrición?, ¿para pedir, por vía mayoritaria y consensuada, consultas de homeopatía en el sistema público de salud?, ¿para montar un taller de autoayuda frente al sufrimiento inducido por la crisis económica?, ¿para aumentar el nivel de riqueza y empleo, de felicidad, de qué…?.
    13. Existen grandes motivos, propios, para implicarme en la participación : una determinada visión de la vida donde se conjuguen inteligencia, bondad, y belleza. Contemplar una obra conseguida con estos ingredientes me da placer (íntimo) y de forma secundaria , autoridad (la que me confieren los paisanos a través de su respeto y reconocimiento).

  7. Estimado amigo… interesante y extensa exposición y más que interesantes reflexiones las que compartes. Permiteme que me detenga punto por punto a lo expuesto, aunque caiga en el defecto de dar una respuesta también extensa.
    En el primero de ellos nombras un término que a mi parecer es en exceso endémico… el voluntarismo. Las organizaciones deben encontrar mecanismos que premien la proactividad, la innovación, la búsqueda de alternativas, la responsabilidad añadida, el compromiso profesional y con la entidad, etc. Es decir, deben recompensar a los más activos. Se premia la dedicación, las horas extras, la calidad de la actividad profesional, el alcance de objetivos personales y empresariales… y los premios vienen dados mejorando la posición del trabajador, económicamente, etc. Pero esto no es siempre así, como bien comentas, convirtiéndose en un perverso mecanismo laboral, donde es patente la necesidad de aportar un valor añadido pero sin el merecido reconocimiento a quien lo aporta… salvo en excasas ocasiones, para no faltar a la verdad. Existen mecanismos establecidos que podemos articular, pactar y consensuar para que esto sea así como por ejemplo los objetivos individuales en el desarrollo de los contratos programas y los acuerdos de gestión clínica de las unidades en el caso de Andalucía… pero claro esto depende de muchas variables y de la realidad de cada centro y profesional.

    En cuanto al segundo punto aportas una clave de la metodología de la investigación acción participativa (IAP) respecto a la información obtenida, y lo que a priori podemos clasificar como un fracaso es simplemente una oportunidad.

    En tu tercer, cuarto y quinto punto hablas de una masa «durmiente» o quizás «indoliente»… en este punto te puedo quizás decir que no es la misma realidad en todas las latitudes y comunidades. Hay comunidades en las que podemos encontrar esta forma social de ser y en otras no, y como es natural de multiples y diversos grados. Quizás sea interesante analizar esta situación concreta de una localidad ¿qué fenómenos sociales la rodean?¿existen agentes comunitarios relevantes?¿qué papel tienen estos agentes? etc, etc. Como bien dices, un estudio antropolígico y social.

    Trabajar con la infancia, como comentas en el sexto de tus puntos, es gratificante ya que la mayoría de sus mentes, sus comportamientos y actitudes, aún no está condicionada socialmente, y cuando hablo de condicionamiento, no quiero que se me entienda mal, no hablo de que modelemos sus ideas y comportamientos hacia aquello que estimamos más conveniente para ellos, ya que sería perverso por nuestra parte y contrario a lo que perseguimos.. a lo que me refiero es a que la «mirada» de los niños y niñas es fresca, sincera, auténtica, creativa, original y sin «contaminaciones», aportándonos en nuestro ámbito una información muy realista de la sociedad que les rodea, con sus carencias y sus virtudes.

    Punto 7. En cuanto a lo que comentas de pedir un crédito al banco.. ya somos dos.. jejeje. Bueno en serio. Siempre he pensado que de lo que más flojos estamos (hablando en general) es de evaluar. Hacemos a diario infinidad de tareas, y si nos centramos en el terreno de lo laboral, muchas de ellas de forma rutinaria, sin registrar, sin cuantificar, sin pararse a reflexionar y dejar constancia. Pienso que es necesario de realizar ese esfuerzo y no sólo porque tengamos que rendir cuentas a nuestra empresa o superior, sino también y para mi más importante por nosotros y por todas a quellas personas que de una manera u otra son los destinatarios de nuestro quehacer. Nos permite avanzar, seguir en el camino, o cambiar de rumbo, porque sabemos donde estamos.

    En el punto ocho, «das en la puntilla». No puedo estar más de acuerdo contigo. Hacer camino juntos es muy complicado, por eso es necesario mirar este camino a la par para poder sortear los obstáculos que existan en él.

    En cuanto a la «evangelización» que me refiero, es que los primeros que hemos estar convencidos de lo que estamos haciendo, debemos ser nosotros mismos, e irradiar cierta «aura» de convencimiento propio.

    Entiendo el enfoque que aportas en cuanto a convertir en MODA a la participación, pero permiteme que discrepe ya que lo pasajero es innato al termino moda, según la acepción que estamos aquí adoptado. Pienso que es más recomendable hacer ver y fomentar la reflexión sobre la importancia que supone para el desarrollo de las personas, el porder participar en igualdad de condiciones en los asuntos que le conciernen, entre ellos su salud. Estoy de acuerdo respecto a los riesgos manipuladores que existen en torno a la participación… y todos conocemos algún que otro caso. En este sentido queda camino por hacer para que la madurez de la participación ciudadana alcance cotas deseables, pero creo que se están dando pasos en este sentido, y se percibe un cambio en este sentido, sólo hace falta buscar información y noticias al respecto para ver esto que estoy comentando. Como dice Lorenzo Casellas, «el cambio aboga por un modelo más justo de relación entre administración y ciudadanía, orientado hacia la transparencia, el diálogo directo y la reducción de desigualdades, desde el que impulsar un desarrollo local definido colectivamente. Y nos referiremos, por tanto, a la participación ciudadana en la cosa pública, no a cualquier tipo de participación de la ciudadanía». Trasladar esta forma de entender la participación es el handicap en el ámbito de la salud y queda todavía mucho recorrido. Pero la participación en el proceso de la salud y la enfermedad es algo que con otros nombres, ya se viene haciendo desde hace muchos años en nuestro contexto sanitario… quizás ha evolucionado en los últimos tiempos hacia la corresponsabilidad, los espacios compartidos y la capacidad de la toma de decisiones sobre aspectos de su salud, entre otras cuestiones. La participación de la ciudadanía en el ámbito de la salud en uno u otro campo de los comentados, a de ser asumida por los profesionales. Debemos tener la voluntad de asumir las conclusiones de un proceso participativo, sea de la tipología que sea, desde un taller, a una mesa o una encuesta, y debe concretarse en el compromiso de trasladarlas a los órganos de decisión formales, la dirección de la unidad, la supervisión de enfermería, cualquier mando intermedio, o la gerencia del hospital, área o sistema sanitario. De otra forma no tendría sentido.

    Me agrada tus motivos sobre tu implicación en este tema: «Contemplar una obra conseguida con estos ingredientes me da placer (íntimo) y de forma secundaria, autoridad (la que me confieren los paisanos a través de su respeto y reconocimiento)».

    Un fuerte abrazo

  8. Hola a todxs!
    Muy interesante estas preguntas disparadoras. En cuanto a la primera, considero que es muy posible que la población pueda frustrase si no forman parte del consenso en los objetivos y si no se tienen en cuenta su perspectiva. Creo que poder transparentar con la ciudadanía las herramientas participativas puede prevenir esta frustración y pienso también que es fundamental el feedback permanente. De hecho creo que el feedback durante el proceso es necesario no sólo porque a mi modo de ver la participación comunitaria se lo debemos, sino porque permite mantener el compromiso y la motivación. En mi caso siento la responsabilidad de que se sientan parte de un «equipo» y como tal, deben recibir el feedback permanente. Y esto me ayuda a introducir una pregunta, cuando hablamos de Promoción de la salud y participación comunitaria, sabemos que un factor clave es la participación activa y construcción junto con la ciudadanía, por lo tanto, ¿Es necesario/adecuado explicitar esto y delegarles cierta responsabilidad? En definitiva son una pieza clave y es importante que lo sepan? A mi opinión personal sí, pero me pregunto ¿hasta qué punto es importante compartir esta responsabilidad? ¿Aumenta el compromiso?
    En el contexto en el cual me desempeño, un sistema de salud cerrado en Buenos aires, Argentina, no es muy frecuente encontrar espacios de participación comunitaria. Hemos comenzado a trabajarlos a través del mapeo de activos y estamos intentando avanzar cada vez más en niveles más profundos de la participación, pero como la ciudadanía no está acostumbrada solemos tener barreras, pero también encontramos facilitadores.

    Respecto a la última pregunta, en nuestro entorno encontramos resistencia por parte de profesionales de la salud debido a que conciben su rol únicamente desde el modelo del déficit, en donde ellos son quienes «detectan problemas» (diagnostican enfermedades) y «brindan soluciones» (indicando tratamientos, en muchos casos sobre-medicalizando cuestiones sociales) a una paciente pasivo que en mejor de los casos, «hace caso» a su voz de experto… Esta perspectiva es bastante compleja de abordar, sobretodo que al menos en Argentina, tiene que ver con la formación médica, entre tantos otros factores, y no quiero desviar la atención al foco propuesto. Pero volviendo al tema, parte de la resistencia observada es el miedo a la demanda posterior cuando la ciudadanía se empodera en el cuidado de su salud.

    Gracias por este espacio de reflexión conjunta. Nos estaremos viendo y conociendo en breve!

  9. Las dificultades de procesos donde se implican diversos sectores pasan por encontrar un lenguaje común, cada uno viene de un ámbito con distinta visión, intereses y donde los mismos términos se utilizan de diversa manera.

    Por ello la reflexión inicial conjunta es fundamental, dedicar tiempo a ello: a qué nos referimos cuando hablamos de participación, horizontalidad, de mapeo, por qué y para qué inician el proceso…

    Coincido en que puede provocar frustración en la ciudadanía sentir que finalmente lo realizado no ha servido o no ha sido tenido en cuenta. Es clave una participación real en todas las fases (desde la planificación hasta la evaluación) y la continua devolución de lo que se viene realizando, mantener informada a la ciudadanía en todo momento. También es fundamental el compromiso real con el proceso participativo (dándole continuidad, llevándose realmente a cabo, que no sea una participación de cara a la galería o por moda, que se inicie un proceso con un fin, que sea tenido en cuenta…).

    En Asturias nos encontramos un poco de todo por parte de los profesionales. En general se tiene interés en empezar a trabajar en esta línea y quienes suelen implicarse son los convencidos en su utilidad aunque suponga «trabajo» fuera de su jornada (lo que no quita que se luche porque no sea así). Ha habido ocasiones en que se ha dado apoyo desde arriba, pero queda camino por rerecorrer, la norma es que no entre en la agenda. También se encuentran dificultades en los Equipos por parte de quienes no ven importantes estos procesos y tienen que cubrir en alguna ocasión la parte más asistencial de los compañeros.

    Todo proceso lleva su tiempo y creo que es un cambio de chip fácil en la teoría y no tanto en la práctica, tanto en la ciudadanía como por parte de profesionales, técnicos…

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