Mapeando. Experiencias y métodos
Francisco José Díaz Expósito. Área de Gestión Sanitaria Sur de Córdoba, Andalucía
MAPEANDO ACTIVOS DE SALUD EN EL SUR DE CÓRDOBA
¿Y ESTO… CÓMO Y PARA QUÉ NOS HA SERVIDO?
Trabajar en un enfoque positivo basado en activos y recursos en lugar de las necesidades y deficiencias enfatiza el origen de la salud respecto al de la enfermedad (Hernan, y otros, 2010).
En este proceso, las comunidades ponen en juego los recursos de que disponen y que permiten fortalecer las capacidades, habilidades, conocimientos y relaciones existentes de sus miembros, facilitando la puesta en valor de fortalezas locales para abordar conjuntamente cuestiones de importancia en materia de salud. Pero no siempre están visibles estos activos o recursos, por lo que han de articularse técnicas que puedan hacerlo posible, como utilizar estrategias de mapeo comunitario entre la población.
Para el mapeo, usamos como método la investigación-acción participativa (IAP), que produce conocimiento propositivo y transformador, mediante procesos de debate, reflexión y construcción colectiva de saberes entre los diferentes actores del territorio con el fin de lograr la transformación social (Martí, 2000).
Este mapeo comunitario, nos permite identificar recursos físicos, económicos, culturales y también habilidades y talentos de individuos, asociaciones y organizaciones de una comunidad, además de representar los vínculos entre ellos. Pero más que una recopilación de datos, es un instrumento que permite a sus participantes reflexionar sobre ¿Qué nos hace saludables? ¿Qué recursos nos hacen afrontar más fácilmente las situaciones de vulnerabilidad y estrés? ¿Qué aporta la comunidad para mejorar la salud?
Las respuestas a estas preguntas visibilizan las potencialidades ocultas de la comunidad, sus relaciones, apoyo mutuo, el poder colectivo, desembocando en proyectos transformadores que mejoran la calidad de vida y promocionan su salud.
En el sur de la Provincia de Córdoba, un grupo de hombres y mujeres empezamos hace siete años a trabajar desde la perspectiva salutogénica en la práctica de la promoción de la salud y conocer las potencialidades y aplicabilidad del modelo de activos. Convencidos de la oportunidad que representa trabajar bajo este enfoque, lo primero que intentamos tener muy claro es el por qué y para qué.
En respuesta a estas preguntas, y siendo conocedores de la realidad de nuestro contexto, definimos el tema, población y territorio de la intervención, focalizando nuestra mirada hacia dos sectores concretos: la infancia de la ciudad de Cabra, y mujeres en situación de vulnerabilidad de localidades del sur cordobés.
En ambos casos, se combinan dos procesos de la IAP, el de conocer y el de actuar, implicando en ambos a la población cuya realidad se aborda. En esta etapa las técnicas se seleccionaron en función del contexto y sus participantes, pero el procedimiento general fue similar, quedando definido en los siguientes seis pasos (o fases):
PASO 1 – Definir y planificar con el grupo de trabajo que impulsa el proceso.
PASO 2 – Motivar a la acción, provocando la reflexión sobre los activos de salud a las personas que participan en la identificación de activos.
PASO 3 – Identificar los recursos y activos a través de distintas metodologías (Fotovoz, derivas, entrevistas, tertulias de café, etc.)
PASO 4 – Analizar, categorizar e interpretar con las personas participantes, los activos detectados.
PASO 5 – Visibilizar los activos mediante su difusión y comunicación. ¿Qué hacemos con este conocimiento? ¿Cómo podemos trasladarlo a lo práctico? ¿Cómo ayuda a transformar la sociedad?
PASO 6 – Evaluar y dinamizar mediante acciones concretas que den respuesta a las necesidades en salud.
Es aquí donde la acción transformadora de la intervención basada en activos, facilitó el empoderamiento efectivo de las personas participantes, poniendo en valor la capacitación de las personas y las comunidades para incrementar el control sobre los determinantes de salud y de ese modo mejorar su salud.
En el caso de la población infantil, el resultado fue una batería de propuestas para trabajar en la salud de la comunidad, que fueron entregadas al equipo de gobierno local. Fruto de estas propuestas ha sido la colaboración con el ayuntamiento de Cabra en el diseño de un gran espacio recreativo sostenible, seguro y accesible para la infancia de la comarca.
En cuanto a la segunda intervención, la información recopilada, junto a otras fuentes incorporadas, formó parte del mapa de activos de salud detectados en varios municipios del sur de la provincia de Córdoba. Y esto facilitó la creación por localidad, de catálogos de recursos comunitarios para la práctica de actividad física. Estos catálogos se pusieron a disposición no sólo de la ciudadanía, sino también de los centros de salud, que encontraron en ella una herramienta que facilita a la medicina de familia, enfermería y otros profesionales de atención primaria, la prescripción social, remitiendo a las personas a una serie de recursos locales no clínicos para la práctica de actividad física.